¿Le suena familiar este escenario?
Cuando se prepara para irse a la cama, se da cuenta de que, por el caos del
trabajo, de las diligencias y de haber estado jugando con los niños, no ha
orado en todo el día.
No le quedan energías, es tarde y
se siente culpable por no hacerse ocupado de Dios. Por tanto, en vez de dejar
descansar sus fatigados ojos, tomas un momento para decir algo así: “Querido
Señor, gracias por las bendiciones y por todo lo que estás haciendo en mi vida.
Te ruego que cuides a mi familia y a mis amigos. Bendícelos y protégelos. En el
nombre de Jesús. Amen”.
Hágase esta pregunta: cuando otro,
¿menciono necesidades específicas, o son vagas y generales mis peticiones a Dios?
Santiago 5.16 dice: “la oración eficaz del justo (hombre o mujer) puede mucho”.
Usted pudiera preguntarse qué
significa orar eficazmente. Esto implica hablar con el Señor con pasión y
emoción, e ir directamente al grano del asunto. En términos sencillos, la
oración eficaz implica cuestiones específicas. Cuando usted vea a una madre y a
un niño desamparados, ore por esas personas específicas. Cuando lea acerca de
una tragedia, ore para las personas involucradas. Estas peticiones son
efectivas porque, como dice Santiago, la oración eficaz llega a Dios.
Pero el versículo menciona también
la justicia, que comienza con la sal
vación (2 Corintios 5:21). Ante los ojos de
Dios, todos los creyentes son justos, porque la muerte de Jesús pagó en su
totalidad su deuda de pecado. La conducta es también un factor. Confiar en
Cristo como Salvador da como resultado una naturaleza nueva y una limpieza
total del pecado. Sin embargo, debido a que todavía persisten los viejos
patrones de la carne, tendremos fallas en la obediencia (Juan 13:10a). En esos
momentos, el Señor no oirá nuestras oraciones (Salmo 66:18). Pero Él ha
provisto la manera de restablecer la comunión: si confesamos nuestros pecados,
el Señor nos limpiará de toda maldad (1 Juan 1:9).
La oración de un individuo –de una
sola persona en un mundo de miles de millones de ellas– puede poner en acción
el poder sobrenatural de Dios. Tome un poco de tiempo para meditar en su vida
de oración, y dispóngase a mejorar su tiempo a solas con el Señor.
2. ¿Sus oraciones son vagas o específicas? Diga por qué.
3. ¿Qué personas, que son parte de su vida, pudieran ser ayudadas por sus oraciones?
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